¿Perfecto o divertido?

El pasado domingo estuve en casa viendo un peliculón: Dentro del laberinto. Estaba con mi hija de 5 años, y la veía disfrutar exactamente igual (o más) que cuando yo la vi por primera vez. Y me puse a pensar sobre si la “tecnicidad” o la vanguardia tecnológica de un producto, está siempre directamente relacionada con lo que puede hacer que disfrutemos de él (o de la experiencia que nos ofrece). Esta reflexión, radica fundamentalmente en que en mi época, no existía toda la tecnología que abunda hoy en día y que es capaz de dejarnos boquiabiertos. En cambio, algunas de las películas “old school” que veo con mi hija pequeña (o yo solo) , las llego a disfrutar mucho más que la mayoría del cine actual, véase “Golpe en la pequeña china“, “La princesa prometida“, “Dentro del laberinto“, y un largo etc. (Entiendo que también intervendrá el poder de la nostalgia…)

Y luego me puse a buscar , y encontré otro imprescindible video, que me da pie para escribir una entrada. En este caso, vuelvo a caer en Chema Pamundi (que si cometeis el grave error de no conocerle, podeis consultar la entrada que habla sobre los motivos por los que nos gusta jugar). En este caso, hace una valoración, bajo mi punto de vista, muy acertada sobre los conceptos de perfección mecánica y diversión, así como el modo en el que pueden estar asociados (a partir del minuto 2:00, aunque recomiendo ver el vídeo completo):

Se enlaza extremadamente bien el concepto de diversión con el concepto de “perfección (entrecomillo esta palabra, porque me refiero a una perfección en diseño de mecánicas, ya que muchos me podrán decir, con razón, aquello de que un juego perfecto, no existe si no es divertido). Y aquí entra en el escenario un par de reflexiones (que me encantaría, me ayudaseis a contestar) que hacen referencia tanto la complejidad de la reglas, como la experiencia de juego:

  1. Para personas no acostumbradas a enfrentarse con este tipo de “escenarios lúdicos“, ¿la complejidad de reglas es un factor determinante a la hora de “subirse al carro” de muchos procesos de juego?.
  2. Para alcanzar la perfección, ¿es necesario una experiencia “mecánicamente compleja”, plagada de numerosos elementos y fases de desarrollo?.
  3. El entorno del juego es lo que más puede condicionar la experiencia. ¿Un mismo juego, jugado con diferentes jugadores, puede producir sensaciones distintas?.
  4. Las imperfecciones y guiños, contra todo pronóstico, ¿pueden hacer que una experiencia termine de ser plenamente divertida?.

Si alguien me preguntase…. “¿cuál es tu juego preferido?, ¿hablaría unicamente del juego que me parece más redondo?, ¿o simplemente mencionaría el juego que mejores momentos me ha proporcionado (factor directamente relacionado con la diversión)?. He jugado a muchos juegos de ejecución increible, pero mi favorito siempre fue, es y será, el Monkey Island.

De igual manera, cuando un maestro nos presenta sus aplicaciones de procesos de juego dentro del aula (que en muchas ocasiones, son púramente analógicas), y vemos que quizá podrían ampliarse aplicando tecnología que las hiciese más eficientes o más complejas, ¿realmente creemos que los alumnos disfrutarían más de ellas?. En mi opinión, utilizan en muchos casos la solución perfecta y más adaptable al entorno y al usuario al que se “enfrentan“.

Y es que la clave de muchas experiencias, radica en el momento en el que nos encontramos de frente con ellas. “Estar en el instante adecuado, en el momento preciso, frente a los usuarios correctos y con la estructura óptima”, creo que es una de las claves para conseguir un éxito real que nos haga recordar durante largo tiempo nuestros sentimientos. Y la estructura óptima no siempre debe ser la más compleja ni la mejor construida.

Por todo esto, me planteo si en muchas ocasiones (y me incluyo totalmente), intentamos dar prioridad a la creación de un proyecto desde un punto de vista totalmente técnico y dejamos de lado la experiencia de los usuarios en sí. Creamos entramados de mecánicas, nos trasladamos a la teoría más pura y en algunos casos, tendemos a olvidarnos del objetivo más básico del juego:

Hacer que las personas se diviertan y entretengan, para que puedan recordarlo después.

¿La diversión que nos proporcionan un entorno adecuado, un proceso narrativo inmersivo o una predisposición total están finalmente a merced de lo complejo o técnicamente perfecto que sea el proceso?:

exito-ludico

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2 comentarios

  1. Y

    ¡Hola Pepe!

    Me ha hecho pensar mucho este artículo. Creo que no hay una conclusión perfecta y definida. Como bien comentas, el entorno puede influir en gran medida en la respuesta, y creo que el estado anímico de uno mismo también.

    Si tuviese que hablar de un videojuego que me marcó y que me hizo pasar horas y horas delante de la tele, ese no podría ser otro que Final Fantasy VII, un juego muy evolucionado en su época (aunque su traducción al castellano fue horrible). Pero si hablamos de diversión me lo he pasado mucho mejor con juegos como Track and Field, Uniracer o el más nuevo (aunque de look retro) Enter the Gungeon, todos juegos que se disfrutan más con dos jugadores.

    Siempre me han gustado mucho los juegos profundos, como los de cartas tipo Magic. Juegos en los que puedes indagar en la estrategia, y en las debilidades y fortalezas de tu oponente (supongo que es por lo mismo que juego a League of Legends), pero si tengo que decir cual ha sido el momento más divertido que recuerdo con un juego de mesa, fue en una partida de Símbolo Arcano en la que el juego empezó a combar, ante la atónita mirada de mis compañeros que veían como la dificultad se disparaba en microsegundos.

    Supongo que todo tiene que ver con el momento y lo que se busca en él. Hay veces que se buscará una experiencia completa, pero otras simplemente un ratito de diversión.

    Gran post compañero!

  2. J

    ¡Don Yon!

    Si…. lo del Símbolo Arcono fué demasiado sonado, ¡Creo que también influyó una interpretación muy personal del reglamento! (por mi parte). Pero eso vuelve a demostrar, que incluso aplicando de un modo “poco fiable” las reglas, la diversión puede estar asegurada. Por ello, la ACTITUD es fundamental a la hora de disfrutar de una experiencia. Predisposición y buen ambiente son determinantes.

    Como siempre, un auténtico placer leerte.

    Abrazo!

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