28 de Mayo: Nostalgia, aprendizaje y reflexión

El 28 de Mayo de todos los años debería pasar a convertirse en una fecha señalada en los calendarios de medio mundo (y del otro medio, de paso también). Este día, se celebra el día internacional del juego, un evento que debe ser motivo de concienciación, alegría, difusión y conocimiento.

Y es que el 28 de mayo, se celebran muchas cosas:

  1. Que jugar es un derecho reconocido en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas.
  2. Que jugar es una palanca poderosísima a la hora de crear sociedades mejores (sí, jugando somos más felices, y la felicidad genera un entorno de convivencia mejor, entre otras muchas cosas).
  3. Que jugar es una herramienta que nos ayuda enormemente a desarrollar habilidades y a potenciar capacidades.
  4. Que jugar es un acto intrínseco del ser humano. Porque el juego forma parte de todos nosotros de manera innata.
  5. Que jugar es algo a lo que todas personas (y más los niños), deben tener acceso y poder disfrutar de ello.
  6. Que jugar puede y debe acompañarnos a lo largo de toda nuestra vida, y no por ello seremos ni menos serios, responsables, productivos o profesionales.

Y es que ya lo dije justo hace un año: la diversión que proporciona el juego va mucho más allá de una edad concreta o del mero placer de jugar por jugar. Las personas con las que jugamos, los entornos donde lo hacemos o las reglas en las que nos enmarcamos, son casi más importantes que el juego en sí mismo. Los juegos, en muchos casos, fueron creados para compartir, para relacionarse, para comunicarse, para sentir, para pensar, para debatir, para analizar…. en definitiva, para adquirir competencias y crecer.

Y en este punto llegan dos de las palabras que más suelo usar para explicar a personas adultas la importancia del juego: nostalgia y aprendizaje.

Si hacemos un pequeño ejercicio muy simple de recordar cuando éramos pequeños y jugábamos con nuestros padres, hermanos, amigos o abuelos, en un gran número de casos, la palabra NOSTALGIA será una de las primeras que sintamos y nos vengan a la mente.

Una palabra muy bonita, pero con una cara oculta. La nostalgia que sentimos cuando recordamos nuestra niñez, es por lo que tuvimos y ya no tenemos….

  1. Por el anhelo de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
  2. Porque la responsabilidad sobre algo, es incompatible con la diversión y el juego.
  3. Porque hacerse mayor y ser una persona de provecho no se consigue jugando.
  4. Porque realmente queremos pero no podemos.
  5. Porque otros no quieren.
  6. Porque nosotros mismos nos lo impedimos.

Como muy bien dice Imma de Marinva, el recuerdo acompañado de nostalgia, nos hace ver en algunos casos el juego como un virus. Cuando somos pequeños lo tenemos, pero cuando crecemos y entramos en la etapa adulta, ya lo pasamos y no volvemos a caer (¡menos mal!, ¿no?)

Y este día también está para recordarnos que el juego es imprescindible e indispensable para los niños, pero que no por el mero hecho de crecer y entrar en la madurez, hemos de perderlo. Y es que además, puede acompañarnos siempre a la hora de adquirir conocimientos.

Porque probablemente la palabra que más veces obviemos a la hora de recordar nuestros juegos de niñez sea el APRENDIZAJE. Y es que todos nosotros, inconscientemente, hemos aprendido algo jugando. En mi caso, empecé a aprender inglés con los juegos de rol (porque los comparaba en inglés y no me quedaba otra), pero jugando, también aprendí a trabajar en equipo, a comunicarme, a ser ordenado, a respetar los materiales de juego, a comprender y aceptar las reglas de juego y a muchas cosas más.

Porque muchos de nosotros, hemos aprendido jugando. Y ¿sabéis?, eso no se olvida.

Por eso, creo que este día es un buen momento para reivindicar todo lo que el juego nos dió a muchos en nuestra infancia, para recordar que debe llegar a todos los niños del mundo y para resaltar que aunque vayamos creciendo, no hay porqué perder el placer de jugar y de divertirse.

Porque la letra, entra mucho mejor con juego que con sangre, porque podemos ser productivos y divertirnos, porque ir al trabajo no tiene que ser una penitencia y porque hay otras muchas formas de adquirir conocimientos.

Por eso, y ya que siempre se recomienda hacer una hora de actividad física al día, yo apuesto por jugar 15, 30 o 45 minutos también todos los días. Y no digo (únicamente) a juegos de mesa, ni a videojuegos. Digo jugar: con nuestros hijos, con nuestras parejas, en el trabajo, en el aula o donde sea.

Porque si el deporte es bueno para nuestro físico, la actividad lúdica lo es para nuestro espíritu.
Cambiemos el chip, disfrutemos, seamos productivos, aprendamos, progresemos, avancemos, y por supuesto: JUGUEMOS.

No puedo derjar de dar las gracias a Michael de Cuarto de Juegos, que desde el minuto cero dijo sí a abrir sus puertas para que celebrásemos este día. Y es que muchas veces se obvia la labor de este tipo de tiendas (que va mucho más allá de la simple venta de juegos) con encanto y que disponen de todo el material y poder posible para ir introduciendo cada vez a más y más personas en este gran mundo. Si sois de Madrid y no lo conocéis, tardáis. Si sois de fuera, y visitáis Madrid, pasaros (os prometo que os sorprenderá).

De igual modo: Clara, Ana, Miguel, Andrea, Laura, Óscar, Sara, Carlos, Andrés, Borja….. un auténtico placer haber compartido este gran día. ¡Ah! e Imma, Esther, Noe, Jose, Andrea…. aunque muchos kilómetros nos separen, os estuvimos observando por esa pequeña mirilla que es twitter.

Otro año más, y siempre repetiré lo mismo: Gamificar (o como os apetezca llamarlo) sí. Pero antes de eso, JUGAR (y ahora más que nunca)

Share on FacebookTweet about this on TwitterShare on Google+Share on LinkedIn

2 comentarios

  1. A

    No sólo deberíamos fomentar el juego en los niños como entretenimiento y aprendizaje, ¡sino que nunca deberíamos dejar de jugar los adultos! Totalmente de acuerdo 🙂

  2. J

    ¡Eso es lo bueno!. El juego puede acompañarnos durante toda nuestra vida. Para disfrutar y divertirnos, pero también para impulsarnos y motivarnos a alcanzar nuestro objetivos. ¡Nunca dejemos de jugar!.

Responder a Apyce Cancel Reply