La teoría de la triangulación: el riesgo asimétrico equilibrado

Este título me hace recordar un dicho común castellano:

“Para este viaje no hacía falta alforjas”

Pero el caso es que, más allá de la composición de palabras utilizadas por el bueno de Schell, creo que existe un planteamiento tan sencillo como efectivo que mas de uno deberíamos conocer (y usar) más en profundidad en nuestros diseños.

Y es que, una de las elecciones más emocionantes e interesantes que debe tomar alguien que juega es la siguiente.

Jugar seguro y obtener una pequeña recompensa.
Jugar arriesgado y obtener un gran logro.

Esto es una decisión tan sencilla como compleja (siempre que el equilibrio sea propicio). De hecho, en los juegos de mesa ya existe la mecánica de “tentar o forzar a la suerte” que muy bien ilustra esto.

Una vez conseguido un reto… ¿me quedo como estoy o intento un poquito más?

Algún día hablaremos de la importancia en la toma de decisiones para generar una experiencia de juego que sea divertida y satisfactoria. Porque este es uno de los casos mecánicos (no narrativos, que sería otra línea a explorar) donde se muestra más explícitamente.

Esta teoría de la triangulación dicta que las jugadoras y jugadores son un punto central del que emanan dos decisiones básicas basadas en el riesgo que aceptan asumir y las recompensas que van a recibir.

Digamos que el primer punto que forma el triángulo es el jugador. El segundo punto la opción de bajo riesgo, y el tercer punto la opción de alto riesgo.

Una vez introducida esta simple premisa, es cuando podemos hacer caer una pequeña “cascada” de decisiones y asociarla tanto a la velocidad de progreso dentro de la experiencia como a la cantidad de recompensas que se obtienen.

Y es que, al final, se trata de crear una elección significativa y consciente entre el riesgo y la ganancia. Y extenderla en el tiempo.

Como podemos observar, también existe la posibilidad de incluir la “muerte” (ficticia, claro) de la jugadora para aumentar el riesgo obtenido. Y un pequeño sistema de recarga para que aparezca en el último punto de control “seguro” (que nosotros hayamos decidido).

He de reconocer que la mecánica de forzar la suerte es una de las que más me gustan dentro de los juegos. Evidentemente, también muta en el uso de los propios juegos de mesa o de videojuegos a “forzar tu habilidad” u otros tipos de características comunes.

Uno de los ejemplos que se proponen es el del mítico Space Invaders. Existen alienígenas a los cuales puedes disparar que se mueven lentos y pesados. Valdrán pocos puntos. Poco riesgo, poca recompensa. Pero de vez en cuando (además de aumentar la curva de dificultad) puede aparecer un OVNI rojo a una velocidad mucho mayor. Dispararle pone en riesgo tu vida, pero también te otorgará un número de puntos elevado.

Este simple hecho, lo que provoca es aumentar el interés del juego a medio plazo.

Otro ejemplo que añado está en el diseño de New Life.

En esta caso se trata de tirar una serie de dados (los que quieras coger de tu batería, que sirve también a modo de vida). Si consigues superar en +3 el umbral que tienes que alcanzar para tener éxito (8), conseguirás crecer y aumentar una capacidad en +1.

Aquí es donde se plantea una elección básica. ¿Cuántos dados selecciono para alcanzar el objetivo? (probabilidad pura). Pero… ¿quiero hacerme mejor? (coger más dados). Eso sí, del número de dados que lances (sea cual sea) tendrás que descartar todos menos uno. Tú decides hasta donde quieres llegar.

El forzar a la suerte muta a gestión por supervivencia.

Y un último ejemplo basado en Resiliencia (un proyecto elaborado conjuntamente con SIAD para el Plan Nacional sobre drogas). Las jugadoras se enfrentan a una serie de retos (cajas con candados). Una de ellas está abierta sin nada. Si miran dentro, hay un sobre donde se indica EXPLICITAMENTE “no abrir”. El resto… no se puede desvelar.

En este caso, el triángulo muta en factor de aprendizaje puro y duro.

Resumiendo mucho… hay una serie de preguntas que nos podremos plantear para “implantar” la triangulación en nuestros proyectos:

¿Tengo “triangulación” ahora? Si no, ¿cómo puedo conseguirla?
¿Es equilibrado mi intento de triangulación? ¿Compensa realmente exponerse a un riesgo mayor para obtener una mayor recompensa?

Una vez que empecemos a buscar la triangulación en nuestros proyectos, la terminaremos por ver en todas partes. Un juego aburrido y monótono puede convertirse rápidamente en emocionante y gratificante cuando se añade un poco de triangulación.

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2 comentarios

  1. J

    De hecho, ha sido una de las mecánicas que más me ha gustado, a excepción del fallo de sistema (que es maravillosa), de New life

  2. ¡Oh!
    Gracias Jose por el comentario.
    Un abrazo!

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