Si me tengo que quedar con algún género de juegos, sin lugar a dudas, me quedo con los juegos narrativos. Con mucha diferencia sobre el resto. Pero narrativos en el sentido más estricto de la palabra, de los que al terminar tienes la necesidad de compartir esa historia que has ido creando durante la partida.

Siempre digo, que la narrativa (para mí, y esto es opinión personal) es lo que diferencia a los proyectos buenos de los memorables, ya que es lo que nos permite compartir y recordar los grandes momentos que hemos vivido durante la experiencia.

Por todo esto, voy a crear una pequeña sección donde comentaré un poco por encima mis “juegos narrativos” favoritos, y sobre todo, el motivo por el que creo que generan historias que realmente funcionan, que consiguen enganchar y sobre todo, de las que podemos llevarnos algunas cositas prestadas.

1. Para todos aquellos que adoren el orden, el control, la exactitud y en algunos casos, la coherencia: esto no es para vosotros.
2. Para los que prefieran dejar volar la imaginación, soñar, viajar viviendo aventuras, experimentar con relatos enrevesados y locos: igual os gusta.

Y vamos a empezar por el que para mí, y con el paso del tiempo y las partidas, ha llegado a convertirse en el mejor juego narrativo que tengo y en uno de los preferidos de mi colección (con diferencia y algo por encima de SH:Detective Asesor… y mira que por ambientación Sherlock para mí es inigualable….).

¿Como puede ser posible que una temática que no me guste especialmente pueda llegar a enamorarme?

El juego de tablero de Las mil y una noches, está basado en su universo homólogo. Una antología de relatos mundialmente conocida, ubicada en un oriente medieval. Esta antología se conoce con el término de “relatos enmarcados”: lejos de ser independientes unos de otros, consiguen generar nuevas tramas, conectando historias y conduciendo a los lectores por todo el universo creado (¿os acordáis del término transmedia y crossmedia?, pues este tipo de publicaciones tienen infinitas posibilidades)

Pues este juego, tiene mucho de conectar puntos y vivir una experiencia por encima del resto de las cosas. Siempre que he dado un pequeño taller o formación, lo he puesto como ejemplo del tipo de juego donde la historia se come a los objetivos. Va a llegar un momento, que nos dé exactamente igual la puntuación que llevemos durante la partida, lo único que querremos es seguir viviendo aventuras.

Y es que lo mejor y lo peor de este juego es lo mismo. Pasan muchas cosas, y no tenemos demasiado control sobre ellas. Lo que ocurre es que el propio juego te da una falsa sensación de elección (mediante una tabla de matrices) que genera una experiencia muy, muy divertida y en muchos casos, épica.

Este juego coge muchos aspectos de los elementos para gamificar que ya vimos en la última entrada:

1. Tiene avatares: Sherezade, Aladín…. Y además, cada avatar al azar tendrá una búsqueda (equiparable a las primeras fases del viaje del héroe)
2. Tiene habilidades, que además podemos perfeccionar (de aprendiz a maestro).
3. Tiene búsquedas a través del mapa de juego.
4. Tiene eventos especiales durante toda la partida. De hecho, creo que es uno de los mejores juegos para definir lo que es un evento especial, ¡cada turno de cada jugador es un evento especial!. Ciudades, personajes, monstruos…..
5. Tiene rankings, que no son otra cosa que los tracks de puntuación de sino e historia.
6. Tiene recompensas, y la mayor parte de ellas aleatorias, ¡porque no te esperas nada de nada!.
7. Tiene un mundo, que más que por el mapa, viene representado por esa maravilla de diseño que es el libro de encuentros.

Imagen de la BGG

Y ahora vamos a hablar del protagonista del juego: el libro de encuentros. Porque Las mil y una noches, es un libro de elige tu propia aventura versión deluxe con todos los extras disponibles. Y este libro de encuentros, es lo que diferencia a este juego de otro tipo de propuestas más clasicas de exploración. 300 folios llenos de más de 2500 encuentros combinables entre sí dan como consecuencia situaciones hilarantes y dificilmente replicables.

Esa es la auténtica magia de Las mil y una noches y la base sobre la que se sustenta el 80% de la experiencia.

Pero lo mejor de todo (sí, lo mejor) es que es una experiencia muy poco equilibrada. Va de contar historias, de disfrutarlas y de sumergirse en el caos y en la aleatoriedad que genera. Es el juego perfecto para aprender las cosas buenas y malas que nos puede aportar la aplicación de narrativas a nuestros proyectos. Pero ya os digo, que si os gusta sentaros con una tacita de té, una tarde fresquita de otoño con un grupo de amigos no muy amplio, yo he disfrutado pocas experiencias iguales (sin contar el rol…)

Entonces, ¿qué podemos aprender de las mil y una noches para llevarnos a nuestros proyectos?:

1. Que lo importante de generar historias es que pasen cosas. Así de simple, la acción es la mejor amiga de la proactividad.
2. Que se pueden construir experiencias de juego basadas en una narrativa potente y en una temática atractiva.
3. Que no es necesario siempre (algunas veces sí y otras no), que la experiencia de juego esté 100% equilibrada. Todo dependerá de los objetivos que persigamos.
4. Que la narrativa es un gran sustitutivo de los retos como tal.
5. Que si no llevamos cuidado, una gran historia puede llegar a comerse el objetivo inicial que perseguíamos, y esto puede ser muy peligroso, sobre todo si tenemos que justificar nuestro proyecto.
6. Que la creación de mundos imaginarios e historias increíbles requieren de una predisposición muy activa por parte de los usuarios, y eso a veces puede costar.

En definitiva, si buscáis ser un sultán que anda desnudo por el desierto, soñáis con poder robar a un mercader en un oasis en medio de una montaña o deseáis cambiaros de sexo mientras perseguís a vuestro amor en una carrera por su libertad, probadlo, disfrutadlo, aprended de él y luego, recordad tiempos locos de aventuras y desventuras en las mil y una noches.

PD: Y si queréis leer una reseña excelente del juego (más centrada en componentes, mecánicas y dinámicas), os recomiendo visitar el siempre recomendable blog de Jugando en Pareja. AQUÍ la encontraréis.