Einstein, Lina y la importancia de la sorpresa

En un momento de su carrera, una pequeña organización local le pidió a Albert Einstein que fuera el invitado de honor en un almuerzo y que diera una conferencia sobre su investigación.

Él estuvo de acuerdo en hacerlo. El almuerzo fue bastante agradable, y cuando llegó el momento, la anfitriona anunció de forma rimbombante que Albert Einstein, el famoso científico, estaba aquí para hablar sobre sus teorías de la relatividad.

Einstein subió al escenario, y mirando a una audiencia en gran parte no académica compuesta en su mayoría por personas de edad avanzada, les explicó que ciertamente podía hablar sobre su trabajo, pero era un poco aburrido, y estaba pensando que tal vez la audiencia preferiría escucharlo tocar el violín.

Todos y todas acordaron que era una gran idea. Entonces, procedió a tocar varias piezas que conocía bien, creando una experiencia muy placentera que toda la audiencia pudo disfrutar, y seguramente una que recordaron el resto de sus vidas.

Einstein pudo crear una experiencia tan memorable porque conocía a su audiencia. Por mucho que le encantara pensar y hablar sobre física, sabía que no era algo en lo que su audiencia estaría realmente interesada.

Le pidieron que hablara de física, porque pensaron que sería la mejor manera de obtener lo que realmente querían: un encuentro “íntimo” con el famoso Albert Einstein.

Para crear una gran experiencia, “The Art of Game Design” recomienda que hagas lo mismo que Einstein. Estudiar lo que  gustará y no gustará a tus usuarios.

Uno pensaría que descubrir lo que la gente quiere sería fácil, pero no lo es, porque en muchos casos, realmente no lo saben. Pueden pensar que saben, pero a menudo hay una gran diferencia entre lo que piensan que quieren y lo que realmente disfrutarán.

Como con todo lo demás en el diseño de juegos, la clave aquí es tan simple de mencionar como compleja de ejecutar: escuchar. Debes aprender a escuchar a tus jugadores y jugadoras.

Debes conectar con sus pensamientos, sus emociones, sus miedos y sus deseos.

Y toda esta anécdota para acabar con una gran definición del concepto de diversión:

Diversión es placer con sorpresas.

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