Antes de seguir leyendo, cuidado.
Este artículo va a ser una crítica feroz hacia lo que muchos entienden por un concepto que todos conocemos de oídas: la gamificación (no al propio concepto, que quede claro).
Si no estás dispuest@ a hacer autocrítica, no leas. No te va a gustar absolutamente nada de nada. Si existe un ápice de reflexión en ti, adelante, encantado de reflexionar, debatir y seguir creciendo. Porque creo que es necesario hacerlo. Y porque soy consciente que no poseo la verdad absoluta sobre nada.
En primer lugar y para que quede claro: yo me dedico en exclusividad a esto. Unas veces imparto clases de diseño, otras veces hago proyectos en diferentes ámbitos, otras tantas realizo talleres y algunas otras me llaman para dar alguna ponencia.
Lo dejo meridianamente claro porque debo (o debería) ser el primer interesado en hablar bondades y subir al Olimpo a este concepto. Pero ya os digo que no renta hacerlo así. Creo que la mejor forma de tomar algo en serio, es bajarlo a la realidad y mostrar sus defectos y virtudes. Únicamente así se podrá tomar en serio y verlo con el potencial que realmente tiene.
Después de muchas (os prometo que muchas) formaciones, clases, talleres, etc… creo que tengo una cosa clarísima:
La moda del concepto de Gamificación está haciendo más mal que bien a lo que realmente importa: el poder del juego (algunas personas lo definen/definimos así desde hace tiempo).
Este pequeña reflexión parte de un artículo que Julia y Óscar compartieron. Un artículo MUY interesante. Un artículo que tod@s deberíamos leer (estemos o no de acuerdo con él).
Aquí os lo dejo:
Lleva los juegos a la escuela, pero NO la gamificación.
A partir de aquí se plantean varias cuestiones. Y aviso, suelo intentar ser muy claro. Pero aquí lo seré algo más de lo habitual. Así que, allá voy.
1
UNO: LA AUTOCRÍTICA
He cometido una infinidad de errores en los proyectos que he realizado. A veces veo los primeros, con todo lo que estudié y digo… “vaya tela Pepe”. Si os apetece conocerlos algo más… tenéis los dos artículos que escribí y que se llaman… “el año que gamificamos peligrosamente vol1” y “el año que gamificamos peligrosamente vol2”.
Con esto quiero decir, que a veces nos emocionamos en demasía (me incluyo) y mostramos esto como una panacea que no es tal. Y es una pena, porque pierde toda la validez. Las cosas sirven para lo que sirven.
Un antiinflamatorio es un antiinflamatorio y un martillo es un martillo. Cada cosa sirve para algo, pero no para todo, y por supuesto, no será (o sí, todo depende del contexto) el descubrimiento del siglo. Creo que hace falta muchísima más autocrítica (me incluyo).
Y no hablo de flagelarse, hablo de crecer, cambiar y progresar. Hablo de no decir un “esto vale para todo y os va a cambiar la vida”. Hablo de no quedarse estancado en una estética “X” que enmascara algo clásico (por poner un ejemplo concreto). Hablo sobre rebajar el conformismo un poco y aumentar el conocimiento propio, del entorno y sobre todo, del concepto.
¿Podemos reflexionar sobre el hecho de que si todas las personas que critican el concepto de gamificación, lo hacen basándose en un PBL, es porque TODOS los proyectos que ven u observan son PBL´s?
Igual es que ni estamos diseñando del todo bien ni divulgando de forma correcta (repito, me incluyo).
Lo que me lleva al siguiente punto…
2
DOS: JUGAR NO ES GAMIFICAR
Parece que el término de Gamificación es el paraguas de todo. Pero no. ¿Juegas en clase? Gamificas. ¿Juegas en una biblioteca? Gamificas. ¿Juegas en un museo?. Gamificas. ¿Juegas en tu empresa? Gamificas.
En serio, parece que por una moda pretendemos (plural inclusivo, que yo no me escapo) devaluar de algún modo el concepto de juego y jugar. Cuando doy algunas clases o talleres, siempre hago la misma pregunta:
¿Quienes de aquí habéis jugado al menos a 4 juegos en el último mes?
Levantan la mano un 10%. No más. No estamos acostumbrad@s a jugar. Y queremos saltar esta parte para llegar a la moda: gamificar. ERROR. Pero garrafal. Enorme. Porque aunque jugar y gamificar NO es lo mismo… a gamificar NO se aprende gamificando, se aprende jugando (sobre todo, a dar los primeros pasos).
Jugar es lo más maravilloso del mundo. Y jugando perfeccionamos o desarrollamos (depende de la edad) habilidades. Jugando conocemos mundo, historia, arte, cultura… A ver si lo dejamos claro… La madre, el padre y hasta el “espíritu” santo de todo esto (Ludificación, ABJ, Juegos Serios, diseños inspirados en juegos, Pensamiento Lúdico…) son los juegos, sus “propiedades” y sus aplicaciones. No al revés.
Es maravilloso jugar en cualquier entorno o área. No lo devaluemos. Por favor.
3
TRES: LA LUDIFICACIÓN, ESA GRAN DESCONOCIDA
Una vez que tenemos una capacidad de autocrítica desarrollada y hemos jugado lo suficiente (¿os he comentado que la mejor manera de conocer las partes de un juego es jugándolo?)… nos introducimos en la “tercera dimensión”: la gamificación.
“Es el uso de dinámicas, mecánicas y elementos de juego en un contexto no lúdico”.
Perdonadme, pero a día de hoy aún no nos ponemos de acuerdo en qué es una mecánica, dinámica o elemento de juego. Es así, es la realidad. Con lo que el concepto lo tenemos ya totalmente difuminado.
Pero nada, nosotros a lo Clemente: “patadón pa´ arriba y todos p´alante”. A partir de aquí, el artículo dice algo que me gusta tanto como me horroriza:
“La gamificación se entiende como un mecanismo que combina puntos, niveles, recompensas, insignias, regalos. Y esa es exactamente la estructura natural de la escuela que asigna notas (puntos), promoción a clases sucesivas (niveles), recompensas frente al grupo de clase (recompensas), libretas de notas (insignias) y regalos (a menudo padres, pero también becas)”
Tiene absolutamente toda la razón del santo mundo. Si entendemos la gamificación (o ludificación o como nos apetezca llamarlo) como esto (un PBL)… yo añadiría una única cosa: puede ser hasta nocivo.
Pero vamos a hacer un ejercicio básico. Y siempre traigo a Noe Blanch (amiga y profesional como la copa de un pino dentro de este mundo). Repetid conmigo: el Class Dojo es conductismo 2.0.
Y no pasa nada. Mi madre, tiene 74 años. En su cole ya le gamificaban la existencia (sí, según el que escribe este artículo a mi madre ya le aplicaban estas técnicas). Te portas bien, te doy puntos. Te portas mal, te quito puntos. Cuando llegas a unos puntos, te doy una medalla o de doy un monstruo para que colecciones en casa. Esto es conductismo adornado. “Pepe, pero tiene un chat y a mí me funciona genial”. Sí, es que el conductismo puede funcionar (a corto plazo).
Pero os digo más… el Class Dojo sin una persona que lo dinamice, lo dirija e incluso, que lo pueda maquillar y transformar… NO FUNCIONA A LARGO PLAZO (repito: a largo plazo, y es por esto que muchas personas lo reinician a cero cada X tiempo, porque lo que tienen los rankings es más peligro que un mono con dos pistolas).
Porque el PBL, una vez pasada la novedad inicial, se diluye (si no se acompaña por nada más). Si en un juego, siempre haces lo mismo, durante mucho tiempo, si no se incrementa la dificultad, si no hay nuevas historias, si…. pues nos aburrimos. Y con esto pasa lo mismo. Bueno, lo mismo no. Igual aparece algún mercenario. Y eso es horroroso (sobre todo en algunos sectores más que en otros).
Pero es más… los framworks que consisten en lanzarse preguntas de unos a otros (cosa que se da mucho en empresa)… es un TRIVIAL 2.0. Y detrás de ese trivial… ¿a que no sabéis que hay?. ¡CORRECTO!: UN PBL.
Pero (y aquí viene lo importante y por lo que me horririza el anterior párrafo)… Ludificar no es (o no debería ser) aplicar un PBL con una capa estética curiosa. Hay muchísimas más cosas que se pueden hacer. O incluso, y atención, igual tampoco es necesario Gamificar nada de nada.
Basta con jugar.
Porque hay que conocer bien el concepto y sus aplicaciones. Hay que conocer casos de éxito y de fracaso en varios contextos y entender los motivos por los que triunfaron o no.
Y porque NO existe una solución global para todo. “Esto a mí me funciona” no es sinónimo de “esto a tí seguro que te va a funcionar“. Los proyectos de este tipo son totalmente adaptativos al entorno y a los usuarios. Es imposible encontrar una solución cerrada en un taller de 3 horas. Si pretendemos eso, mejor buscar en ABJ. Es más efectivo.
Y una cosita más… esta corriente dista mucho de la parte de dulcificación que se propaga (aquello de adornar y poner las cosas fáciles). Generar entornos de juego no elimina el esfuerzo ni la exigencia. Usar elementos de juego no quiere decir que sea todo un paseo de rosas. El esfuerzo es y será siempre necesario.
¿Y dónde queda el concepto de Ludificación según tú, Pepe? Pues queda en la posibilidad de generar entornos donde algunos de los objetivos sean generar hábitos, mejorar la predisposición, llegar al disfrute… por medio de la motivación. La ludificación se apoya en la narrativa (¡Ay! mi narrativa… otra gran desconocida), en la estética, en mecánicas, en elementos, en detalles transmedia… (muchos conceptos que van más allá de un PBL). Generar este tipo de experiencias es MUY complicado, no se hace en una semana (yo en algún proyecto sencillo he tardado meses). Y las posibilidades de fracaso son elevadas (y más si, como suele ser habitual… no se hacen testeos).
¿Cuántos elementos de juego conocéis? Sin contar puntos, medallas y clasificaciones, si no sabéis más de 5… no estamos preparados para un proyecto de este tipo.
4
CUATRO: LLEVA EL JUEGO SIMPRE CONTIGO Y OLVÍDATE (DE MOMENTO) DE LA LUDIFICACIÓN.
Tengo muy claro que estar a la moda siempre es bienvenido. Pero igual ahora ya no hace falta. Igual únicamente hay que hacer un retorno a los “básicos” y hacernos una ludoteca digna en nuestro entorno de trabajo (me da igual sea cual fuere).
Por aquello de empezar la casa por los cimientos. Jugad, disfrutad, aprended por el camino y luego, si todo el mundo está a gusto y conforme, pensad en grandes proyectos (porque sí, un proyecto completo basado en juego bien hecho es MUCHO más costoso y grande que un ABJ).
Porque ya lo dije hace poco tiempo. No penséis en el proyecto que las personas que os rodeen merezcan. Pensad en el que necesiten. Y entre tod@s, llevemos el poder del juego a todas partes. Porque jugar forma parte de nosotros.
Así que sí. Si estáis empezando, porque os genera interés, porque os gusta jugar… Llevad el juego siempre encima. La ludificación dejadla para más adelante (cuando os encontréis preparad@s). Y no nos avergoncemos por decir que jugamos (estoy generalizando cuando sé que no siempre se da esta situación, pero a veces lo pienso).
Jugar es jugar. No es gamificar.
Y es maravilloso.
PD: Por las personas que aún se lo preguntan… PBL: Points, badges, and leaderboards. Puntos, medallas y clasificaciones. Y aunque a veces lo demonice en demasía, funciona, pero NO debería ser el eje central de ningún proyecto.
Juan JF Valera Mariscal
10 julio, 2018 a las 1:37 pmInteresante, y si hablamos de motivación ¿Hablamos de psicología? La motivación es una disciplina estudiada profundamente y en detalle por la psicología. Además de conductismo o de un modo más completo toda la psicología del aprendizaje, y más allá, ¿Cómo procesa el jugador el diseño y la experiencia de juego? … entramos en terreno de las cogniciones… Y lo más complejo, todo está conectado. Gracias por reabrir el melón
Pepe Pedraz
10 julio, 2018 a las 2:05 pmPor supuesto que tendremos que hablar de motivación y de su relación con la psicología.
Y de la percepción de las experiencias, del cambio de conducta o de la generación de un hábito determinado.
Poco a poco y todo a su tiempo.
Un abrazo!
Dacil
10 julio, 2018 a las 6:01 pmTotalmentw de acuerdo. Sobre todo en la parte de que motivados el esfuerzo que tenemos que hacer se lleva mejor, pero no desaparece. Los niños tienen que aprender a esforzarse para conseguir metas fijadas y realistas. Un artículo genial. Y tambien muy cierto eso de que lo que funciona con una persona no tiene porqué funcionar con otras.
Pepe Pedraz
11 julio, 2018 a las 7:42 amSoluciones globales y transversales no existen.
Y a veces la asociación que hacemos con el dulcificar en exceso contenidos o formas me preocupa.
Jugar no es dulcificar, es transformar, participar, cooperar, competir, hablar, llegar a acuerdos, esforzarse, pensar… pero no dulcificar.
Mil gracias por pasarte Dacil.
Refuerzo Divertido
10 julio, 2018 a las 7:14 pmMe gusta de ti blog hasta la estética jijij.
Y aunque metes mogollón de conceptos, se hace amena la lectura.
Y sí, yo tb creo q lo primero es jugar y luego lo q surja y como se llame. Gracias x compartir contenido tan valioso 🙂
Pepe Pedraz
11 julio, 2018 a las 7:41 amPues sí… a veces peco de exceso de verborrea.
Pero vamos… espero que el concepto haya quedado claro.
Despacito y con buena juego. Sé que eso vosotros lo hacéis muy bien.
Abrazo!
Jesús Martín Cardoso
11 julio, 2018 a las 6:16 amLas modas son buenas, pues de ellas se nutre y se regenera la matriz. Que el futbol esté de moda es bueno, en mi plazoleta están los chavales dándole al balón durante horas en vez de estar maleando. Además eso alimenta a las pequeñas asociaciones, éstas a los pequeños equipos y éstos a los grandes. Si la moda fuese escribir o estudiar física o tocar un instrumento imagínense ustedes el inmenso campo de cultivo para la cultura que tendríamos. La gamificación no es un elemento extraño a este proceso que he descrito. Pero la moda de la gamificación nutre a la matriz. Muchas personas se están acercando a este concepto. Es verdad que la mayoría se quedará con el falso concepto de gamificación que se reduce a una serie de elementos manidos (niveles, insignias, puntos, clasificación), pero otras tantas seguirán investigando y profundizando en el tema. Es pues necesario acompañar y aconsejar a estas personas desde la puntificación a otros niveles más elevados de la gamificación.
Aprovechemos pues este momento dulce de la gamificación que ya vendrán tiempos más difíciles…
Pepe Pedraz
11 julio, 2018 a las 7:40 amNo puedo rebatir nada de lo que dices Jesús.
Aun así, creo que la reflexión continúa siendo importante. Y resulta MUY curioso que muchas personas se acerquen al concepto de juego a través de la Ludificación cuando, probablemente, debería ser a la inversa.
Aun así… hay cosas que… bienvenidas sean.
Un abrazo y gracias por estar siempre al pié del cañón.
Alfonso Marchena
11 julio, 2018 a las 5:47 pmTengo que volver a darte las gracias por las reflexiones, son en un momento de tranquilidad y calma con la llegada del verano, reponiendo fuerzas donde viene bien hacer una autoevaluación de lo que realizamos. Estoy completamente de acuerdo contigo en casi todo, pero me voy a quedar con el punto 4, me llevo el juego encima, que muchas veces queremos buscar y ahondar y ahondar en algo que tiene que ser sencillo y divertido, que es lo que a muchas personas nos ha traído hasta aquí, la profundidad que queremos darle a esto de los “juegos” a veces nos confunde y nos olvidamos de los esencial, como decía el Principito.
¡Gracias de nuevo!.
Pepe Pedraz
12 julio, 2018 a las 11:29 amBuenos días Alfonso!
Sí, de vez en cuando viene bien pararse un momento para reflexionar y coger fuerza.
Y estoy contigo. A veces pretendemos ir demasiado rápido cuando el “poder del juego” por sí solo ya tiene múltiples ventajas. Poco a poco, despacito y jugando mucho.
Abrazo!
Frank
19 julio, 2018 a las 11:02 amCompartido en mi página.
https://www.facebook.com/1771292029858708/posts/2092189121102329/
Me mola hacer autocrítica, y que alguien que controla más que yo, me diga: “ey, eso que haces, en verdad no es tan guay como te crees, por esto por esto y por esto…”.