Hacía tiempo que no escribía algo sobre narrativa.
Y vaya por delante que tenía algo de trabajo vinculado con ello, en este caso, leer este estupendo libro:
El caso, es que existe dentro del mismo, un apartado la mar de interesante (y MUY ÚTIL) sobre el análisis del ritmo narrativo.
Estructura de una manera más o menos clara y sencilla una serie de ritmos y puntos de referencia para identificar y aplicar en nuestras historias (y por tanto, en muchas experiencias), así como la posibilidad de usarlos como conectores entre escenas.
En este pequeño artículo, hablaremos sobre los tipos de ritmos. “El tipo”, según el autor, se vincula con el propósito que tiene el ritmo narrativo dentro de nuestra historia.
Vamos a ello.
Tipo procedural
Quizá nos suene por la “tecnología procedural” aplicada a los videojuegos (a mí me venía de ahí). Pero un ritmo procedural es el que pone “en juego” el objetivo externo de una protagonista. Sacar ese objetivo a “escena” nos permite observar como nuestra heroína se acerca más a él, cumpliendo nuestras esperanzas, o se aleja más de él, mostrando y evidenciando de nuestros miedos. Durante un ritmo procedural, el grupo protagonista, normalmente se encuentran en peligro, directa o indirectamente. El suspense está muy presente en este tipo de ritmo, de una forma evidente o sutil, en función de las reacciones que pretendamos suscitar en los participantes.
Además, se establecen una serie de diálogos (conflictos verbales) donde nuestra protagonista busca algo tangible de la otra parte (personaje secundario, enemigo, apoyo…) que le permita continuar en la aventura. Normalmente ese “objeto tangible” se traduce en información que le permite conocer algo más sobre la trama y por lo tanto, le acerca a su objetivo. Pero también existe la posibilidad de obtener ítems, nuevas ubicaciones o incluso una colaboración inesperada (o pacto de no agresión).
Tipo Dramático
Un ritmo dramático se centra en los sentimientos y objetivos internos de nuestra protagonista. La reacción que sufrimos como participantes o espectadores es: esperanza por conseguir una evolución positiva de la heroína o miedo por una transformación negativa (al lado oscuro).
Los conflictos presentes en este tipo de ritmos, son normalmente, verbales y conversacionales. Y siempre vinculados a otros personajes con los que se tiene algún tipo de conexión emocional (sea del tipo que sea). Normalmente, en este tipo de ritmos, se “exige” por parte de uno de los personajes, una concesión emocional de la otra parte: afecto, tranquilidad, sumisión, respeto, amor… Y de forma habitual, esta exigencia viene asociada un “daño emocional” directo y evidente.
Tipo Voz en Off
Este tipo de ritmo, interrumpe la acción de nuestros protagonistas hacia su objetivo para dar paso a una voz, que subraya, incide y enumera diferentes elementos temáticos de la historia que se está viviendo. Este tipo de secuencias de comentarios a menudo se basan en personajes espectadores u observadores de la acción.
Una técnica hábil y que suele funcionar son las regresiones al pasado para explicar la situación de una personaje presente. Este tipo de ritmos se integran perfectamente dentro de la historia, pero deben usarse con cautela para no romper el ritmo procedural y la acción.
Tipo Anticipación
Los ritmos de este tipo crean una expectativa de éxito en la escena o acción que lleva a cabo nuestra protagonista, que, como espectadores o participantes, esperamos con mucho gusto. Al contrario de un ritmo de peligro o suspenso, esto presagia un éxito o gratificación por venir. El ritmo en el que la heroína finalmente se adapta y se prepara para una batalla largamente pospuesta proporciona un ritmo de anticipación clásico. No estamos preocupados por ella, sino deleitándonos indirectamente en su victoria prometida.
Tipo Gratificación
Un ritmo gratificante nos permite vivir un momento emocional positivo independiente de la narrativa principal. A menudo aparecen como descansos entre las secuencias principales. Un interludio musical a menudo actúa como un ritmo de gratificación (a menos que también avance la historia, como lo hace con frecuencia en el género musical). Un simple descanso en el camino, una copa en un pub conocido o una charla por teléfono con un gran amigo. Degustar los pequeños momentos, aunque no tengan que ver con el objetivo principal.
Tipo Penalización
Este ritmo crea un estado de ánimo en el que experimentamos un momento emocional negativo que flota libre de la narrativa principal. Este puede ser un momento de falacia patética, en el que el entorno de la heroína refuerza y comenta su desafortunada situación. “Bajar a la heroína a la tierra”, ayuda a la construcción de personajes muy al estilo Grimdark. Momentos de atmósfera espeluznante en las historias de terror también podrían funcionar como penalizadores.
Tipo “Encaje de tuberías”
Un ritmo de ritmo que nos proporciona y facilita información que necesitaremos más adelante, sin indicar a la audiencia su importancia o relevancia. Los dos peligros de los ritmos de “encaje de tuberías” son la complejidad y la previsibilidad. La narradora debe evitar proporcionar tanta información de apoyo que la historia se vuelva confusa y debe disfrazarla para que la audiencia no detecte la revelación asociada antes de tiempo. El término proviene del lenguaje de la escritura de guiones y compara la exposición con las tuberías de plomo: lo necesitamos para que nuestra casa funcione correctamente, pero no queremos verlo de forma evidente.
Tipo Pregunta
Un ritmo continuo de preguntas introduce un punto de curiosidad que queremos ver satisfecho. A menudo ocurre cuando una protagonista busca información en pos de un objetivo procedural. Los ritmos de preguntas son la moneda narrativa básica del género misterio e investigación. Este tipo de ritmos tienden a despertar nuestra curiosidad sobre lo que ya sucedió, pero no se nos ha aclarado.
Tipo Revelación
Un ritmo basado en la revelación proporciona toda o parte de la información que nos hicieron desear en una pregunta anterior, o nos sorprende con nueva información. En este último caso, podría surgir de la nada, o haber sido configurado con uno o más “encajes de tubería” que sientan las bases para la sorpresa. Es probable que este tipo de revelaciones se resuelvan como acciones ascendentes, especialmente cuando satisfacen una pregunta previa que ha estado molestando a la audiencia desde que se planteó.
En definitiva, las narrativas no son ciencias exactas y aunque muchas se resuelven del desorden al orden en su trama, otras pueden presentar en sus primeros actos un status quo ordenado que luego se interrumpe.
Lo que sí parece claro, es que las historias normalmente incorporan complicaciones, aumentando el desorden hasta que ocurre un evento climático muy desordenado que introduce un cambio concluyente y un nuevo equilibrio.
En el drama como en la vida, una pregunta interrumpe el orden y su respuesta lo restaura.