La gestión de las coincidencias en la narrativa: «Deus ex Machina» y su forma de lidiar con ellas.

El éxito o el fracaso de una narradora con credibilidad depende de su capacidad para presentar:
Un mundo artificial e incompleto …
… con personajes diseñados a medida para ese mundo que ha creado…
… que experimentan eventos, acciones y reacciones cuidadosamente elaboradas.

Pero toda esta construcción, sin embargo, a las personas que consumen dicha historia les parece:
Un mundo real y completo …
… donde habitan personas genuinas e independientes…
… que experimentan eventos, acciones y reacciones de forma espontánea.

Y es que siempre que construimos historias, estaremos tratando de equilibrar las necesidades de la estructura de la historia, el ritmo, la caracterización, etc., con el requisito de que la historia siempre se perciba y sienta como algo que «realmente sucedería» en todo el entramado que hemos elaborado.

Este es uno de los principales desafíos (sino el principal) para crear narrativas de éxito.

Según el documento «Videogame Storytelling», existen una serie de pasos en falso que pueden afectar la credibilidad durante la narración, y casi todos se derivan de que la personas que escribió la historia:

  1. No pudo «configurar» adecuadamente una sorpresa.
  2. Forzó una acción o escena específica que debía suceder sí o sí, a menudo al servicio del espectáculo, a pesar de otros factores, como la coherencia o la coincidencia.

Estos cuatro elementos: coherencia, coincidencia, espectáculo y
sorpresa… son los factores principales que pueden afectar la credibilidad de una obra de ficción.

Y hoy me gustaría pararme de forma breve en la coincidencia.

Y es que cada evento «artificial« en nuestra historia tiene el potencial de tener un impacto negativo en la audiencia, planteando preguntas en sus mentes y dañando (o incluso destruyendo) la frágil ilusión de que la historia se desarrolla de forma natural en lugar de ser construida por la mano invisible de una escritora.

Sacar todas las coincidencias de la historia de uno es un objetivo loable, pero también es casi imposible. Pero pese a todo, estas coincidencias también tienen el potencial de impulsar las historias en direcciones nuevas e inesperadas, generando sorpresas y abriendo nuevas posibilidades en cuanto hacia dónde pueden conducir las cosas.

Y prácticamente todas las historias las tienen, en un grado u otro.

E irónicamente, a menudo surgen debido a que la persona que plantea la narrativa intenta resolver otros problemas.

Por ejemplo: siempre es más trascendental que los riesgos asociados a un conflicto sean intensamente personales para la heroína. Así, en las historias de acción, es muy común que alguien de la familia de la protagonista, o alguien más a quien esté apegada emocionalmente, sea puesto en peligro por la villana. A veces, establecer este tipo de situación, sin embargo, puede ser un poco exagerado y causar una «fea» coincidencia.

Por supuesto, no todas las coincidencias son iguales. Con tantas de ellas presentes en casi todas las historias, es lógico que algunas  tengan poco o ningún efecto negativo sobre la credibilidad, mientras que otras pueden ser catastróficas.

Y a mí, personalmente, me ha resultado muy enriquecedor conocer algo más en profundidad este recurso narrativo, desde un prisma muy vinculado a las películas y a los videojuegos.

Tipos de coincidencias

Benigna

Este tipo de coincidencia fue revelada hace algunos años como una de las reglas internas de narración de historias del gigante de la animación Pixar: las coincidencias que ponen a tus personajes en problemas están bien, pero las coincidencias que los sacan de problemas son una forma de trampa. Es mucho más probable que la audiencia «compre» algo al azar que hace la vida más difícil, pero cuando sucede lo contrario, puede sentirse forzado: la mano invisible de la persona que escribe está manipulando las probabilidades. Así que si hay que elegir, poner en pequeños problemas (obstáculos) siempre es mejor que resolverlos por pura coincidencia.

Severa

Este tipo de coincidencia algo más severa, tiene unas características muy concretas:

  1. Beneficia a la heroína y/o sus aliadas.
  2. Es poco probable, según lo que la audiencia sabe en ese momento.
  3. Viene con poca o ninguna advertencia: no está «configurada» correctamente en algún punto de la trama anterior.
  4. Parece una coincidencia demasiado fortuita para la audiencia en el momento en que sucede, o muy poco después.
  5. Se duda, cuestiona e incluso, se produce burla por la audiencia.

Todas hemos tenido la experiencia. Algo improbable sucede en una historia, algo con al menos dos de las características enumeradas anteriormente: y simplemente no lo «compramos». Ponemos los ojos en blanco. Murmuramos para nosotras mismas: «Oh, venga ya». O, «Vaya, qué suerte más grande». Perdemos el respeto por la historia. Si nuestra historia contiene una coincidencia con varias de las características enumeradas anteriormente, es muy probable que tengamos un potencial problema (si no lo corregimos a tiempo).

Deus Ex Machina

El rey o reina de todas las coincidencias que pueden dañar una historia se llama Deus Ex Machina. Proviene de una época en la que el público tenía expectativas muy diferentes de sus heroínas e historias.

En las tragedias griegas de hace más de 2000 años, era común que los personajes se metieran en tal lío que solo un dios olímpico de los cielos, apareciendo mágicamente en el tercer acto, podía resolver las cosas. «Dios de la máquina» se refiere al mecanismo físico utilizado en el momento de estas obras: un dispositivo parecido a una grúa que permitiría bajar a un actor/actriz (que interpreta a un dios/diosa) al escenario como si viniera de los cielos.

La audiencia en ese momento estaba mucho más predispuesta a aceptar interferencias sobrenaturales en el resultado de una historia. Pero incluso en ese entonces, los intelectuales griegos que estudiaban el oficio de contar historias advirtieron contra el uso de la técnica, defendiendo que las heroínas deberían encontrar sus propias soluciones a los conflictos.

Si queréis ver un listado maravilloso de tipos de «Deus Ex Machina», os recomiendo encarecidamente este artículo.

Lidiando con las coincidencias

Según Evan Skolnick, hay tres formas principales sobrellevar una coincidencia que atrae la atención negativa en una historia. Y si me lo permitís, yo añadiré una cuarta que me gusta especialmente.

Cambiar la trama. Esto es simple, aunque no tan fácil de aplicar. Cambiar lo que realmente sucede. Elimina el elemento que genera esa coincidencia o «Deux Ex Machina» y hacer que la protagonista bregue con ello, usando sus propias capacidades que ha ido adquiriendo durante toda su aventura. En «Videogame Storytelling» pone como ejemplo «Jurassic Park»: eliminar al T.Rex de la ecuación y obligar a Grant a lidiar con los Velociraptores con su propio ingenio. De forma ideal, tendría éxito en base a su conocimiento especial de los dinosaurios y sus rasgos, o incluso mejor, gracias a algo que aprendió en el transcurso de la película hasta este punto. En otras palabras, algo que brota directamente de quién es o en quién se ha convertido.

Tiempo y espacio manipulados. ¿Qué pasa si realmente no quieres cambiar lo que sucede? Entonces, tal vez puedas encontrar una manera de hacer que retroactivamente se perciba menos forzado. Si volvemos a Jurassic Park. ¿Cómo podemos aferrarnos al asombroso espectáculo del T.Rex matando a los Velociraptors en el clímax, mientras solucionamos el problema de que es una coincidencia masiva y resuelve el conflicto del héroe por él? Al manipular el tiempo y el espacio, podríamos retroceder un poco el reloj y plantar la idea (sembrar) de que el T.Rex ha entrado en el edificio. Quizás durante una escena anterior, nosotros (y quizás Grant) pudimos ver esto en un monitor de seguridad en el fondo de otra toma.

Menosprecio. La tercera opción al enfrentarse a una coincidencia en la historia es enmascararla o restarle importancia. Esto solo funciona para coincidencias relativamente menores. Intentar utilizar esta técnica en un caso importante de «Deus Ex Machina» sería similar a poner una tirita en una herida de amputación. Como un mago diestro que realiza un truco de cartas, un escritor talentoso puede manipular a su audiencia y distraer su atención de algo en lo que no quiere que se concentren, en este caso, una artimaña poco probable.

Si no hay salida… abrázala. Probablemente sea algo cómico, pero abrazar de una manera clara y evidente esa coincidencia, siendo honesta, puede ser algo que termine por ganar a las personas que consumen tu historia.

Casablanca (película) - Wikipedia, la enciclopedia libre

Conocida es la frase: «De todos los restaurantes de todas las ciudades en todo el mundo, ella tenía que entrar en el mío»

¡Nos leemos!

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