¿Mejor el libro… o el juego de mesa?

Siempre he pensado que la parte narrativa y estética es uno de los pilares fundamentales (si no, el principal), a la hora de generar experiencias basadas en juego: recrear una historia ya vivida o experimentar una nueva desde dentro es una cualidad difícilmente replicable a otros ámbitos.

Además, el mundo de los juegos puede convertirse en una puerta de entrada inmensa para que muchas personas accedan a grandes obras de la literatura, desde un punto de vista diferente e interactivo (vivir las aventuras en primera persona).

Y es que revisando y reordenando por decimoquinta vez mi colección de novelas & juegos de mesa (lo hago más por el placer de sacar un ratito para contemplar la colección que por otra cosa), me he dado cuenta, que gran parte de mis juegos preferidos están todos relacionados de un modo u otro con histórias épicas (¿será por la ambientación y carga narrativa?).

Así que una vez llegados a este punto tan interesante… (por lo menos, para mí), me he animado a hacer un pequeño resumen (ojo, únicamente de los juegos que tengo, que he jugado y de los libros que también poseo y que he leído) sobre libros & juegos de mesa.

¿Mejor el libro… o el juego de mesa?

Montañas de la Locura

Y voy a empezar por el último juego que me he comprado (y el que me ha terminado de empujar para redactar esta entrada). Y que, después de un par de partidas, he de decir que es un gran, gran juego (es divertidísimo). Y que por supuesto se queda en mi colección para siempre. Pero no tiene absolutamente nada que ver con el libro (en cuanto a tensión y carga narrativa). Las montañas de la locura, es mi obra de Lovecraft favorita. Por ambientación y por desarrollo: es la historia en primera persona de un supervivimente que narra una expedición al continente antártico junto a un equipo de especialistas organizada por la Universidad de Miskatonic (y hasta aquí puede leer).

El juego recoge un componente estético y una calidad en los elementos espectacular y convierte todo este relato en un juego de risas y locuras aseguradas. No esperes tensión (más allá de nuestras incapacidades al comunicarnos), pero sí puedes esperar una cosa: diversión y buenos momentos con amig@s a raudales. En este caso concreto, y tomando el juego como lo que es… me quedo con el libro para vivir una aventura memorable (y esperando estoy a algún bendito que la lleve a una miniserie de 6 episodios) y con el juego para pasar una grandísima tarde de risas alrededor de una mesa.

Sombras sobre Londres

Ojo con esta comparación, porque van de la mano una de mis novelas gráficas favoritas con uno de mis juegos favoritos.

Probablemente la ambientación londinense sea mi preferida a la hora de consumir contenidos y crear experiencias, y concretamente las figuras de Jack el Destripador, Sherlock Holmes & Dr. Jekill son un trío del que me declaro FAN incondicional. La novela de Alan Moore, ilustrada por Eddie Campbell es de lo mejor que ha pasado por mis manos, sin entrar demasiado en el argumento ni la trama, trata fundamentalmente sobre la identidad y las motivaciones que llevan a nuestro famoso mundialmente asesino a cometer una serie de asesinatos que pondrán en alerta a todo Londres.

Y el juego de mesa es… gloria. La palabra que mejor define a esta experiencia basada en movimientos ocultos (gato y ratón) es tensión. Y es una tensión continuada durante toda la partida, por ambas partes (jugador que maneja a Jack y el que hace lo propio con los policías). Y este, es un juego (aunque en la caja ponga lo contrario) para dos jugadores. Y es perfecto. Y me quedo con él sin lugar a dudas (y también tengo la expansión y el Whitehall Mistery, que por cierto, es otra obra de arte). Pero… ¿sabéis qué?, lo disfruto muchísimo más desde que leí la obra de Alan Moore. Así que, si alguna vez tenéis la posibilidad de jugar a un juego y posteriormente, consumir la obra letariaria asociada: hacedlo. La experiencia mejorará enormemente.

 

Merchants

Merchants and Marauders tiene un nexo de unión con una generación completa de personas que consumieron juegos como el Monkey Island o leyeron libros como La isla del Tesoro.

Merchants and Marauders basa su mecánica principal en un “recoge y entrega” permanente bañado por una capa temática y ambiental espectacular (cartas de eventos, tripulaciones, compra de barcos…). Es un juego muy bueno, pero según mi punto de vista flojea en una única situación: si todos los jugadores van a hacer de mercaderes, se convierte en un “SEUR” de mesa un poco aburridillo. Este juego brilla enormemente con la presencia de bucaneros (no concibo el jugar a Merchants and Marauders sin ser pirata, aunque pierda), de batallas navales, de saqueos, de aventuras y de mucha predisposición por parte de los jugadores.

La isla del tesoro es una novela de aventuras escrita por el señor Robert Louis Stevenson (autor por cierto, de mi querido Dr.Jekyll & Mr.Hyde), que tiene algo especial más allá del placer que proporciona su lectura. Está cargada de un sentido crítico hacia la ambición, hacia el dinero y sobre todo, tiene la capacidad de empatizar con los diferentes protagonistas según la edad a la que la leas. Alguna vez he escuchado que La isla del Tesoro es una novela juvenil, pero pienso que es un clásico transversal a cualquier franja de edad que siempre es un placer leer. En este caso, me quedo con el libro.

 

Tak

Este es el ejemplo perfecto para explicar el concepto “transmedia”.

El juego de mesa abstracto Tak nace a partir de la obra “El temor de un Hombre Sabio”. Pero este juego no está inspirado en la narrativa ni temática general que acompaña a la novela. En un punto concreto de la historia, durante la presencia del protagonista en Vintas, se presenta por encima este juego (dos personajes jugaban a él), pero sin profundizar en el conjunto de reglas.

A partir de este punto, James Ernest desarrolló un conjunto de mecánicas y reglas básicas. Así nacio Tak: un hermoso juego. De hecho, conocí el juego antes que las novelas (El nombre del viento & El temor de un Hombre Sabio) y como buen fan de los abstractos, me gusta bastante. Cosa que para mi desgracia, no me ha pasado con la primera de las novelas (reconozco que la tengo un pelín atragantada). En este caso concreto y a falta de darle más oportunidades al libro: me quedo con el juego.

 

Furia de Dracula

Aquí viene otro de los pesos pesados de mi ludoteca. por temática, por ambientación y por mecánicas.

Me encanta la Furia de Drácula. Y este juego, con todas las personas con las que lo he probado, tiene sus luces y sus sombras (hay personas a las que les enamora y a otros tantos no les termina de hacer tilín). Emplea la misma mecánica de “gato y ratón” que Sombras sobre Londres, pero en este caso (y para mí) este es un juego que para disfrutarlo al 100% son necesarios 4 jugadores, entregados a cada uno de los cazadores y un grandísimo Drácula que tenga claro que ganar o perder no es lo más importante, sino saber ejercer un “tira y afloja” con el resto de jugadores para mantener la tensión.

También, y al contrario que Sombras sobre Londres, la Furia de Drácula es un juego tremendamente temático y con una carga de ambientación y narrativa mucho mayor, lo que da lugar a la construcción de historias durante la partida, que siempre se terminan recordando con cariño.

Además, el inicio del juego tiene un punto de unión con la última parte de la novela de Bram Stoker, con lo que la carga narrativa y temática (como ya hemos comentado) está más que asegurada. De la novela, poco os puedo decir ya que no se haya dicho. Me declaro MUY fan de todo lo relacionado con nuestro vampiro más reconocido, y en este caso concreto, por lo momentos épicos que he vivido jugándolo: me quedo con el juego de mesa.

Mil y una noches

Un diseño de juego para estudiar por ese libro de aventuras tan enormemente hilado (¿se nota que me encanta?).

El juego de tablero de Las mil y una noches, está basado en su universo homólogo. Una antología de relatos mundialmente conocida, ubicada en un oriente medieval. Esta antología se conoce con el término de “relatos enmarcados”: lejos de ser independientes unos de otros, consiguen generar nuevas tramas, conectando historias y conduciendo a los lectores por todo el universo creado (¿os acordáis del término transmedia que hemos visto en Tak?, pues este tipo de publicaciones tienen infinitas posibilidades…).

Pues este juego, tiene mucho de conectar puntos y vivir una experiencia por encima del resto de las cosas. Es el tipo de juego donde la historia se come a los objetivos y a los retos. Va a llegar un momento, que nos dé exactamente igual la puntuación que llevemos durante la partida, lo único que queremos es seguir viviendo aventuras.

Y aquí sí lo tengo meridianamente claro: el juego de mesa es un imprescindible en cualquier ludoteca temática y narrativa que se aprecie. 

De hecho, y gracias al juego (al igual que me ocurrió con el Tak), me leí la antología de relatos.

Esta comparación va con un poco de trampa. Porque de inicio, estas dos obras no tienen ningún nexo de unión más allá del trasfondo narrativo (ojo, que no es poco).

This war or Mine nos enseña de primera mano las consecuencias de una guerra cualquiera. Da igual el lugar, el motivo del inicio, o los vencedores. Siempre quedará claro que en una guerra sólo hay vencidos.

Este juego nos traslada a un refugio y las situaciones que deben vivir los supervivientes para conseguir sobrevivir un día más en un entorno hostil. Y a veces tendremos que enfrentarnos a decisiones difíciles y complicadas, porque nuestra familia será nuestro refugio. Si This War Of Mine nos traslada a un refugio con un grupo de supervivientes, “La Carretera” nos hace una micro aproximación a la historia de un padre y su hijo por sobrevivir. En ambos casos, poco queda de aquella civilización próspera que un día existió. Y en ambos casos, se nos muestra que el peor de los enemigos somos nosotros mismos y nuestra propia especie. (ojo al DLC del videojuego con un núcleo familiar similar a La Carretera)

Aún tengo la esperanza de que un día llame a la puerta de nuestro refugio un padre enfermo acompañado de su hijo, y tengamos las medicinas necesarias para ayudarles a sobrevivir.

Detective Asesor

Un libro y un libro de elige tu propia aventura (no llega al nivel de “full equip” del TIME Stories, pero muy Deluxe también es…).

Soy fan absoluto de Sherlock Holmes y por tanto, compro todo (o casi todo) lo que sale de Sherlock Holmes. Con el caso del juego de mesa me pasa algo especial… la primera caja fue una experiencia maravillosa… PERO (sí, el temido pero…) a sus expansiones no he terminado de cogerles el punto. En cambio, la antología de libros me enamora y además, soy un auténtico seguidor de todos los “remakes” que salen (¿alguien vende un Estudio en Esmeralda primera edición?). En este caso concreto, me quedo con la saga de libros, y hace relativamente poco encontré (porque no lo conocía) una joya pulp de la que me he quedado prendado, y seguro que da para juego.

 

Alguien tarda en sacar un juego de esto…

 

Y esto es una simple muestra de todo lo que los juegos de mesa pueden ofrecernos como puerta de entrada al mundo narrativo. La posibilidad de combinar de una manera equilibrada un relato como lector con una sesión de juegos basados en esos universos que hemos consumido, nos permitirá profundizar mucho más en los matices de los relatos, en las aventuras de los personajes o en lo rico de su universo. porque leer, también puede ser cosa de juego, y eso, es algo muy serio.

PD: ¿Cuáles son los juegos de mesa inspirados/basados/surgidos en literatura que más os gustan?

PD2: Sí, el título va con mucha trampa, no hace falta elegir entre ninguno de los dos… ¡simplemente basta con disfrutarlos!

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6 comentarios

  1. G

    Ya que incluyes “En las montañas de la locura”, yo uso los juegos de mesa como actividades didácticas para desarrollar temas curriculares. He estado usando el juego de cartas “Tides of Madness” (https://boardgamegeek.com/boardgame/195544/tides-madness). Puedes ver ejemplos en youtube Ludología Didáctica (https://www.youtube.com/channel/UClF7oPhbiYjIdfKDvTrWGUw)

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