Promesas incumplidas

La semana pasada compartí un breve artículo reflexionando sobre diferentes estudios realizados para poder validar algunos argumentos recurrentes en el diseño de experiencias basadas en juegos.

Encontré ejemplos de Juegos Serios, de Escape Room (un tipo de juego serio), de Aplicación de dinámicas de juego… pero me costó encontrar algún ejemplo sobre Ludificación.

El uso de los juegos por parte de un profesional acreditado, con un objetivo específico, y con un alto conocimiento del entorno lúdico, son factores clave para determinar el éxito de cualquier proyecto que incluya la acción de jugar, bien sean serious games, learning games o escape games (incluso real games o simulaciones).

Pero… ¿dónde queda nuestra querida (o no) Ludificación?

Leyendo esta semana pasada mi dosis habitual de artículos, me dí de frente con esta reflexión de Andrzej Marczewski. Un imprescindible en este pequeño mundo. Recomiendo mucho leer sus artículos y saborear sus teorías. Coincidamos con ellas o no, siempre aporta puntos de vista a tener en cuenta e interesantes.

En una parte de la reflexión decía algo así…

“Realmente, lo que pasó con la gamificación fue la falta de comprensión, la falta de buenas explicaciones y la voluntad de algunos en prometer más de lo que haría y de lo que sería. Las implementaciones fáciles (recetas mágicas), las plataformas que prometían la luna y no llegaban a la esquina y muchas más cosas condujeron a esto y lo perpetuaron”

Y bueno, aunque en España aún no hemos llegado a este punto, (aunque llegaremos si no vamos con cuidado) sí puedo coincidir bastante con la reflexión de Andrzej.

Como bien dice… creo que existe una relación directa entre unas promesas que nuestro pequeño corazón nos hacía declarar… pero que nuestro sensato cerebro sabía que no iban a cumplir.

Al final, parecía que que el uso de la ludificación es ilimitado y vale para todo. Error de bulto. No hay cosa más aburrida que un juego sin final, ni experiencia más desagradable que la que no sabemos cuando va a acabar. Y por supuesto, pensar que los procesos de juego son la solución para todo, es otra equivocación. El juego es una de las muchas palancas que podemos utilizar para llevar a cabo una tarea o alcanzar un objetivo que nos hemos marcado, pero no es una solución en sí misma. Aquí lo más importante es entender las necesidades de las personas.

Por eso muchas veces se encuentran opiniones muy diversas acerca de los procesos de juego. Algunas muy positivas y otras no tanto. Las menos benevolentes expresan que ya tuvo su auge, que se probó y que no aportó nada llamativo. Y lo cierto, es que con lo que prometía , y visto el paso del tiempo, tenían parte de razón.

También está claro que tuvieron una mala experiencia. Pero ni los procesos de juego (gamificación, aprendizaje basado en juegos….) están muertos, ni nacieron hace algunos (pocos) años.

Siempre han estado junto a nosotros, desde pequeños, a veces a plena luz del sol, y otras en la sombra. Motivándonos y haciendo que nuestras metas fueran más accesibles y dinámicas.

Lo que sí, que poco a poco van muriendo son los conceptos erróneos que equívocamente dirigen a los usuarios hacia un “pseudoconcepto” que lo único que puede aportar es un desprestigio al término en sí.

Y ahora, creo, es un gran momento (aunque repito, en España esta tendencia sigue en un auge, a veces desmedido) para recapacitar y hablar con propiedad y claridad de todo lo que puede aportar (y lo que NO puede aportar).

Así como sus puntos fuertes y ejes de mejora.

Así que… debemos ser responsables… y hacer promesas, que podamos cumplir.

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5 comentarios

  1. Gran artículo Pepe….da que pensar.

  2. N

    Cada vez que te leo Pepe tengo sentimientos encontrados, es como recibir una jarra de agua fría. Con cada artículo que publicas consigues trasladarme de nuevo a la realidad con tus reflexiones. Llevo 3 años descubriendo el mundo de la ludificación (y los que me quedan si antes no tiro la toalla) y con cada experiencia me enfrento a nuevos desafíos y problemas. Al leerte siempre me planteo si estoy haciendo bien, estoy haciendo mal, si el tiempo utilizado está bien invertido, si hubiera habido alguna diferencia en mi clase de no haber utilizado elementos del juego, si voy a poder finalizar la experiencia, si lo sabré hacer bien antes de que muera la motivación, si realmente lo que hago es una experiencia de juego o es otra cosa totalmente distinta… No lo sé y me agobia. Soy de los que piensan que es mejor hacer algo a no hacer nada y seguir la corriente, pero también es verdad que para hacer las cosas mal igual es mejor estarse parado o invertir el tiempo en cosas que estén más a mi alcance.

    Lo que estoy haciendo está plagado de fallos y cada vez que encuentro una solución se abre un nuevo problema. No espero encontrar una experiencia perfecta, no existe, ni tampoco sé muy bien cómo mejorar sin probar nuevas cosas. No creo en las recetas mágicas por eso me lancé a la aventura a crear mi propia experiencia. El mayor enemigo siempre ha sido y será el tiempo, tiempo que necesito para poder cumplir mis promesas. Por eso al leerte siempre pienso que para qué me meto dónde no me llaman y si realmente me tendría que conformar con algo más pequeño y asequible o simplemente quedarme en mi zona de confort.

    Recuerdo uno de tus consejos que decías que para empezar a ludificar primero hay que haber jugado mucho. Yo no he jugado en mi vida a juegos de mesa (videojuegos todos los del mundo), es a raíz de estas estrategias cuando me estoy volviendo fan de los juegos de mesas. Es probable que haya empezado la casa por el tejado o simplemente que haya llegado a este mundo por otros caminos, sea como sea, estoy de barro hasta las orejas, y gracias a ti estoy consiguiendo no ahogarme en él.

    Con este mensaje buscaba desahogarme conmigo mismo y sobre todo expresar mi agradecimiento a tu persona por poner cordura, coherencia y sensatez al mundo de la ludificación. Gracias Pepe.

  3. Buenas tardes Norberto.
    Antes de nada, sí… a veces parezco el Grinch. 🙂

    Pero en ningún caso está en mi mente desalentar a nadie, ni mucho menos, decirle lo que tiene que hacer. Faltaría más (bastante tengo con hacer las cosas bien yo mismo).

    Aun así… sí estoy convencido que muchas veces invertimos mucho tiempo y esfuerzo en proyectos estupendos (ojo, tanto en educación como en muchas otras áreas) y luego cuando los mostramos… nos desvivimos por demostrar que son la revolución del mundo. Y a veces (y esto, es mi opinión totalmente personal) eso juega en contra tanto del propio proyecto como del concepto en sí mismo.

    Hace falta bastante tiempo para elaborar algo decente (qué te voy a contar a tí…) pero lo mejor es ir haciéndolo crecer poco a poco (si se tiene la oportunidad).

    En mi caso, creo mucho (pero mucho, mucho) en los proyectos basados en juego (Ludificación, ABJ, etc…) pero también creo que hay que ser realista y coherente con todo lo recorrido y lo que queda por recorrer. Creo que en tres horas no se puede dar una formación decente y que hace falta profundizar mucho más. Y también (pero esto ya es TOC puro) estructurar un discurso que nos permita evidenciar cuando hablamos del concepto: “hay estudios que avalan el uso de la gamificación” (¿qué avalan?, ¿qué conclusiones podemos obtener?, ¿hay cosas positivas y negativas?…)

    Dicho esto, existen proyectos maravillosos realizados por docentes, durante muchos años, que han tenido éxito. Y el día de mañana se mostrarán en futuras formaciones más serias. Estoy convencidísimo.

    En cuanto a los juegos de mesa. Tampoco pasa nada. Realmente la Ludificación nace (el concepto “madre”) a partir de los videojuegos, con lo que sí te sirve toda la experiencia acumulada. 🙂

    Lo bueno que tienen los juegos de mesa es que no hace falta “enchufarlos” a ningún lado. Y son más rápidos de aplicar (y son juegos).

    Total, que creo (otra vez opinión personal) que lo que puede tocar ahora es pararse un momento, “contemplar el paisaje” y ver el camino recorrido, con sus aciertos y fallos, para construir algo que pueda conservarse más allá de modas. Creo en ello. Y sé que hay muchas personas más que lo creen. Así que de vez en cuando (pero solo de vez en cuando) es bueno preguntarse cosas y hacer crítica. Eso nos hace crecer y progresar.

    Y entre todas y todos… construir algo, que puede sostenerse por sí solo, por encima de cualquiera de nosotros.

    Dicho esto, gracias por leer estas entradas y por aguantar hasta el final.

    Es un placer y un honor.

    Un abrazo

  4. N

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