Después de mucho leer y de visitar varias charlas y ponencias, me he dado cuenta de una cosa: cada persona (como ser único) interpreta estas aplicaciones prácticas de una forma u otra, un@s lo llaman metodología, otr@s lo definen como herramienta y algun@s lo ven como una estrategia.
Yo soy un especialista (porque me dedico específicamente a ello) que se dedica profesionalmente al diseño de experiencias basadas en juego (gamificación, ABJ, diseño inspirado en juegos…) en diversas áreas (educación, cultura, turismo, empresa…) y por tanto, debido a un defecto formativo, me interesa enormemente dar una cierta uniformidad a los términos que utilizo (por aquello de la credibilidad).
Más que nada por una razón muy sencilla, porque si cada persona, interpreta (mos) los conceptos de una forma, quizá (y solo quizá) estará perdiendo validez algo en lo que particularmente creo que funciona a las mil maravillas en ciertas circunstancias, momentos y proyectos.
Lo único en lo que cada día más personas estamos de acuerdo, es en la importancia del juego como elemento transformacional (sí, volviendo a los orígenes de las personas es como mejor se explican muchas cosas) e incitador a la acción (disparador de la motivación). Y a partir de este punto de partida, es donde las diversas mentalidades y puntos de vista se dispersan, disienten y se alejan y por tanto, llegan los problemas de este tipo….
Es que en mi casa, jugamos así…
Y pensando en esto, he decidido dar mi punto de vista en base a lo que leo, estudio y aplico en mi trabajo. Pero sería enormemente presuntuoso quedarme únicamente en mi opinión (más que nada porque no soy ostentador de la verdad absoluta), así que me he tomado la libertad de traer a diferentes personas que considero, tienen un criterio (para mí) más que suficiente y contrastado, para poder comparar y comenzar así a construir por algún lado.
Tod@s a l@s que he preguntado me han demostrado tener los conocimientos necesarios (teóricos o prácticos) para poder hacer un análisis resumido de la cuestión que les planteo (por trabajar directamente con este tipo de experiencias, por trabajar en áreas donde se aplican, por impartir teoría a cerca de las mismas o por difundir conceptos relacionados…).
Y claro, de tod@s ell@s aprendo (y seguiré aprendiendo) mucho en mi día a día por las redes (y de otr@s much@s que no están aquí también). Tened en cuenta que les he pedido un resumen (con lo complicado que es resumir esta cuestión) y que, probablemente, de tod@s ell@s se podrá tener una “versión ampliada” en cualquier momento.
Mi opinión
Cuando alguien me pregunta, yo siempre digo que hago martillos (luego lo explico mejor…). Bueno… martillos, llaves inglesas, destornilladores… me dedico a crear la herramienta que mejor se adapte a cada situación (basadas en juego). Por eso, siempre afirmo que todo aquello que emana de los juegos, son herramientas en las que nos apoyamos para ayudarnos a conseguir nuestros objetivos (sí, la diversión en sí misma es un objetivo estupendo, no hace falta irse más allá).
Muchas veces me he parado a hacer esta reflexión. Pocas veces lo podré ver como una metodología (y cuidado, que estoy aproximándome siempre desde su aplicación práctica del conjunto), porque me cuesta una barbaridad imaginar el uso de los juegos o conceptos relacionados (gamificación, ABJ…) como eje vertebrador de algo. Creo que son un complemento perfecto pero no un sustitutivo. Esto va de experiencias, y las experiencias deben ser finitas en el tiempo (no prolongarse más allá de lo necesario para evitar caer en el aburrimiento) y complementarias a otras cosas.
En cambio, sí podríamos hablar de método en la ejecución del diseño (construcción de la herramienta). El “machihembrado” de mecánicas y elementos que generan dinámicas pueden suponer un método (por eso es tan importante estudiar y analizar).
En cambio, el concepto de estrategia, siempre me ha gustado mucho más. El término “estrategias lúdicas” (no tengo ni idea de si existe, pero yo lo uso habitualmente) lo empleo para definir el tipo de experiencia que pretendo construir, y que posteriormente se traducirá a una serie de herramientas (los usuarios experimentan y usan herramientas):
De este modo, ante cualquier situación, elegimos la estrategia que más nos convenga y posteriormente, la “bajaremos a tierra” mediante las herramientas que vayamos creando para generar una serie de actividades (que son las que articulan la estrategia)
Y a partir de aquí ( y daría para otro artículo)… entraría la justificación, que es la que podría “limitar” en mayor o menor medida en función de su presencia el uso de estas herramientas y por tanto, la definición de ciertas estrategias.
Y sí… para mí Class Dojo (por poner un ejemplo) es una herramienta cerrada y compacta que emana de una estrategia que pretendemos seguir. Y esta herramienta puede combinarse con otras en función de nuestra necesidad como diseñadores de aplicar más estrategias basadas en juego.
Y en relación a los martillos… siempre digo, que esto va de experiencias y de personas… que gamificación, ABJ, etc… todo lo que queramos, pero sin unas condiciones y sin un grupo de personas motivadas y proactivas…
Y ahora… os dejo con l@s invitad@s, para que tod@s podamos aprender de ell@s:
Noe Blanch
“Me plantea Pepe esta cuestión y lo primero que pienso es, yo quiero hablar de “el poder del juego”, porque esto va de jugar y de lo que nos pasa cuando jugamos y de cómo conseguimos algo parecido sin jugar (al estudiar, trabajar, limpiar…). Para mi es una actitud (actitud lúdica), una manera de ver y vivir.
Vale, bajo, voy a lo pragmático, y ahí la respuesta es múltiple: puede ser una estrategia si es el marco (la guía) que nos sirve a la hora de tomar decisiones, metodología si estructuramos a nivel técnico nuestra actividad en base a y herramienta (técnica) si se utiliza de manera puntual combinada con otras.
Faltaría una cuarta opción, que yo creo que hemos de evitar: el “playwshing” (momento de autobombo, citándome a mí misma), es decir usar el juego como “tendencia guay” y palabra que se use para ir de modernos o innovadores y quedarnos (en el mejor de los casos) con una (mala) capa estética.
Por tanto, hagamos cosas serias (gamificar no es fácil ni sencillo) para hacer que la vida sea más divertida, quedémonos con la esencia que nos conecta con el juego y diseñemos espacios más lúdicos y potentes.”
Roberto Alhambra
“Creo que depende del uso y la manera que se utilice. Yo mismo, a veces, me da la sensación de que lo uso como herramienta; otras, que forma parte de mi metodología.”
Emiliano Labrador
“Para simplificar, vamos a tirar del Diccionario de la lengua española:
Herramienta: f. Objeto que se utiliza para trabajar en diversos oficios o realizar un trabajo manual.
Instrumento: m. Aparato diseñado para ser empleado en una actividad concreta.
Metodología: f. Parte de la lógica que estudia los métodos del conocimiento. Conjunto de métodos utilizados en la investigación científica.
Método: m. Modo de obrar o proceder.
Estrategia: f. Arte de planear y dirigir las operaciones bélicas o militares. Técnica y conjunto de actividades destinadas a conseguir un objetivo.
Si extrapolamos a nuestro tema, ABJ, en cuanto a un juego ya hecho se puede decir que es una herramienta, ya que es un objeto que se usa para realizar un trabajo, aunque en este caso sea un trabajo intelectual. Si es un juego que se ha hecho a propósito para la tarea concreta, entonces es un instrumento.
Por otro lado, la gamificación, al ser un conjunto de piezas que hay que montar para conseguir un propósito, se puede decir que es una metodología (agarrándonos a la segunda acepción) o incluso una estrategia. En el caso de la gamificación podría ser una cosa u otra indistintamente según sea la estrategia gamificada.
Si queremos ir más allá, las mecánicas, la narrativa, los elementos transmedia… son herramientas, se pueden usar para diferentes cosas. Cuando las aplicamos a un proyecto concreto en el que buscamos un resultado concreto, se convierten en un instrumento.
En si misma, la gamificación siempre la he(mos) llamado metodología, pero si queremos ser más estrictos con la definición de las palabras, sería una estrategia.”
Manu Sánchez
Dependiendo del nivel a desarrollar el Aprendizaje Basado en juegos puede considerarse de distintas formas.
Si es algo concreto y planificado a corto o medio plazo estaríamos hablando de una herramienta. Poner el juego al servicio de la consecución de unos objetivos. Utilizar sus mecánicas para potenciar una actitud, comportamiento, desarrollar el currículo, facilitador de la atención a la diversidad o utilizarlo como material motivador. Sin embargo podemos llevar más allá este concepto y generalizar o articular esta propuesta como un Aprendizaje Basado en Proyectos donde el mismo juego sería el proyecto. Algo similar a lo que construimos en nuestro centro con “Un colegio de juegos”.
Una metodología completa con sus dinámicas y mecánicas, no sólo con elementos físicos donde incluso tendría cabida proyectos gamificados englobados en este nivel de ABJ.
ISIDRO RODRIGO
“No creo que haya que elegir, pero ante todo y en primer lugar debe ser estrategia, si lo entendemos como “Visión”. Dentro de la gamificacion puedes usar diferentes metodologías (de la competencia a la mecánica, del cliente a la experiencia…) y bajar a las más variadas herramientas (del canvas a los storycubes).
Pero si seleccionas herramientas de gamificación (o ABJ) sin tener una “Visión ABJ”, en algún momento perderás el espíritu y te irás solo a la letra del proyecto (y acabarás con un PBL o aplicando directamente un juego para “pasar un ratico motivador”)”
ÓSCAR RECIO
“Es una estrategia si tu objetivo principal es despertar la motivación. Para acercar un contenido de una manera flexible y que pueda producir un “no rechazo” (estación neutra). Esta sería la primera aproximación.
Pero el núcleo de todo es el proceso. Son una estrategia porque acercan, es una herramienta porque es algo dinámico y vivo, y es una metodología porque requiere de toda una serie de conocimientos tanto teóricos como prácticos, que necesitan de un desarrollo.
Yo puedo utilizar el Monkey Island como estrategia para acercarles (por ejemplo) un uso de la gramática diferente. Lo convierto en herramienta cuando baso toda la aplicación de contenidos dentro de esa narrativa que he utilizado, y lo utilizo como metodología, cuando lo uso como hilo conductor que se basa en todas las cosas formales en las que yo voy a desarrollar mi área.
Por tanto, para mí, no son excluyentes. De hecho, en muchas ocasiones, una propicia (o prepara, desencadena) la otra”
cHristian negre
“Considero la gamificación del aprendizaje como una estrategia flexible que permite adaptar otras metodologías como el Aprendizaje Basado en Juegos, Proyectos o Problemas; la clase invertida; el aprendizaje orientado a la acción o la educación emocional entre muchas otras que recientemente han adquirido presencia en centros educativos.
Es la aplicación a la seneñanza de una actitud lúdica en la que el docente tiene en consideración diversos elementos relacionados con los procesos de aprendizaje: la tipologia del alumnado, las relaciones que se generan en el grupo i las dinámicas participativas. En cuando a la flexibilidad, la gamificación permite diseñar desde acciones puntuales a sistemas complejos, todos ellos caracterizados por la posibilidad de retornar al alumno participante, una respuesta immediata.”
JOSE ABELLÁN
“Es un concepto vivo y está en proceso de definición: por eso es tan escurridizo a la hora de etiquetar. Para mí, es un gradiente. Me explico, la gamificación es una metodología basada en el juego que genera unas herramientas para resolver unos objetivos (que suelen ser necesidades de motivación y de engagement, aunque por supuesto hay más). Hagamos zoom: “gamification” viene de “game” y los “gamers”, en principio, están más relacionados al término videojuego que al término juego. Por eso la gamificación nace desde el poder de los videojuegos y, en la actualidad, algunos aprovechamos también el poder del juego.Es un gradiente porque al conceptualizar y diseñar proyectos de gamificación hay un momento en el que tienes que tomar una serie de decisiones encadenadas que definen la metodología y el producto a entregar, tienes que elegir entre las distintas posibilidades que tenemos disponibles. Por ejemplo: si vas a darle un puntito lúdico a una dinámica, si es un sistema gamificado de PBL raso o si es narrativa vinculadas a mecánicas, si es digital y/o analógico, si es mejor un ARG, un juego cerrado o un juego abierto… Es el momento en el que estamos en la rayuela M.A.G.I.C de Marinva, ya en la séptima casilla “Dimensión estratégica y metodológica” y nos toca decidir a qué casilla saltar antes de ir al cielo y echar la vista atrás (Evaluación del Sistema). Y, por supuesto, la primera casilla es la Actitud Lúdica, que es la clave de todo esto”
PD: Este artículo no contiene “verdades verdaderas” ni está cerrado. Se trata de ir mejorando y construyendo entre tod@s (más allá de modas) algo que nos conduzca a dar un valor real y total a nuestras experiencias, pero con unas “reglas del juego” iguales para tod@s.
christian negre walczak
6 febrero, 2018 a las 11:28 amGracias por seguir alumbrando el camino Pepe, me ha encantado participar en el ejercicio… ¡parece mentira que haya tanta diversidad de opiones al respeto! Más allá de los matices, creo que todos estamos de acuerdo en que de la diversidad nace la oportunidad y de que las fórmulas únicas, universales y magistrales no sirven en el mundo de la educación.
Pepe Pedraz
6 febrero, 2018 a las 11:35 amYo te agradezco un montón que hayas participado Christian!
Todas las vuestras opiniones son más que válidas y contrastadas por la práctica!
Caminante no hay camino, se hace camino al jugar 😉
Jesús Martín Cardoso
7 febrero, 2018 a las 5:35 amPedazo de artículo que te ha quedado. Cómo me gustaría sentarme en la misma mesa, con tus invitados, y cambiar experiencias sobre el tema. De nuevo, enhorabuena. Te estás convirtiendo en un clásico en mi café mañanero.
Un saludo. Jesús
Pepe Pedraz
7 febrero, 2018 a las 6:56 amGracias a tí, Jesús.
Por participar, por pasarte a comentar y por tus ganas de debatir (que siempre, siempre, siempre enriquece).
Abrazo!